Absorbe el calor del motor para evitar sobrecalentamientos. También actúa como lubricante, limpia y protege de la oxidación a las piezas del sistema de refrigeración.
¿Por qué necesito cambiar el Líquido Refrigerante?
El líquido refrigerante pierde sus cualidades con el uso y el paso del tiempo: disminuye su capacidad de transmitir y regular la temperatura, de modo que el motor podría sobrecalentarse o congelarse. Para evitar costosas reparaciones, es importante controlar el nivel y cambiar el líquido refrigerante en el momento indicado.
Además, en caso de que hubiera fugas en el sistema de refrigeración del vehículo, el líquido refrigerante permitiría detectarlas con facilidad dado que lleva colorantes que llaman la atención. Diagnosticar posibles pérdidas a tiempo es una manera de prevenir averías mayores que afecten a la integridad del motor.
¿Cada cuánto debe ser cambiado?
Te recomendamos reemplazar el líquido refrigerante cada 40.000 km o cada dos años para asegurar un rendimiento óptimo; a menos que esté sucio, descolorido o por debajo del grado de congelación, indicadores todos ellos de que debe ser sustituido. Es conveniente revisar el líquido refrigerante cada 20.000 o 30.000 km, según lo indique el fabricante. Por este motivo es fundamental realizar las revisiones para detectar posibles anomalías que a la larga puedan suponer una avería importante.
